¿No os parece que las tortitas es una de las cosas más ricas del mundo mundial? Rellenas de aquello que más os guste y rematas con sirope y nata o sin nata, como las de mis niños.
Pues yo pensaba que no me saldrían nunca, pero probé, y oye, que son super-fáciles.
Ingredientes:
Un vaso de leche grande
un huevo
una cucharada de azúcar
una cucharadita de aceite o una nuez de mantequilla deshecha
una cucharadita de levadura Royal
tres cucharadas colmadas de harina
aceite
Batimos el huevo, añadimos la leche, el azúcar, la mantequilla o aceite, mezclamos y luego poco a poco la harina para que quede todo bien suave. Batimos enérgicamente con un batidor de huevos y a la sartén.
Ésta es la parte que a mí me parecía más difícil, pero debo de ser muy mañosa o, más bien esto es muy fácil, :)
Ponemos en un vaso un chorrito de aceite . Calentamos la sartén y con una brocha de silicona la pintamos de aceite. Usamos un cazo de tamaño normal de servir sopa como medida. Ponemos una medida en el centro de la sartén caliente. (Yo puse la vitro al 6). Movemos la sartén haciendo círculos para que la mezcla se reparta por toda la superficie y además así se hace antes y no se nos quema. Cuando empiecen a salir burbujitas en la superficie de la tortita bordeamos con una espátula de silicona para separar y damos la vuelta a la tortita. Una vez hecho esto ya casi está lista. Quedará sueltecita en la sartén podemos moverla un poco para que no se tueste mucho y al plato. Así hasta terminar la mezcla. A mi me salieron 6. En gustos va lo más gorditas o más finas que se hagan. Si se hacen gorditas se pueden comer como tostadas.
Nosotros las hacemos finitas, muy finitas.
El relleno es algo muy personal. A mis niños les gustan rellenas de natillas de chocolate o de vainilla y con mermeladas varias por encima. O.... rellenas de nocilla y con sirope de fresa por fuera ... todo depende de lo que haya en la nevera ese día.