lunes, 25 de julio de 2011

Relax y algunas cosillas más

Este fin de semana, que para algunos ha sido de puente, para mí no, he estado fuera. Aprovechando que mis niños estaban con sus abuelos en el pueblo disfrutando del fresco y lo que permite estar en un pueblo donde el tráfico es mínimo, pues nosotros nos fuimos también al fresco, pero a otro sitio, que también nos lo merecemos, no?



El sitio elegido fue La Alberca, un pueblo precioso declarado patrimonio de la humanidad en 1940, el primero de España. La verdad es que se lo merece, es muy muy bonito, y además sus gentes se han esforzado por que siga siendo así.



La Alberca está en la Sierra de Francia, provincia de Salamanca. Si queréis ver paisajes de ensueño, bosques de robles que salen de un mar de helechos, disfrutar de una temperatura envidiable en pleno mes de julio... ya tenéis sitio.



Ya había estado antes en La Alberca, pero hace muuuuuucho tiempo, al menos doce años, un mes de agosto que decidimos hacer camping de cabotaje y acabó siendo un tremendo fracaso, pero vimos muchos sitios. Recordaba la carretera, con muchas curvas, pero aún así bonita.



Pero esta vez no iba de camping, teniamos reserva en un hotel estupendo que no recuerdo haber visto la primera vez. Está a 1km del pueblo en dirección a la Peña de Francia. Tiene aspecto de castillo y situado en un alto, en la falda de la mini montaña hay muchas casitas, villas dicen ellos, que recrean el estilo propio de la zona. Muy muy bonito. Además tiene un spa nada desdeñable. Los jardines son estupendos, sobre todo porque como la temperatura no ha pasado de los 25º se puede pasear por ellos. Se llama Hotel Abadía de los Templarios.



A unos 15 km del hotel teníamos la Peña de Francia, lugar de obligada visita por su belleza y por la posibilidad de ver cabras montesas muy de cerca, hecho que hemos comprobado al subir y al bajar. Eso sí, la carretera tiene tres y la bailaera...



Tirón de orejas a la Junta de Castilla-León, que sí, que Salamanca es muy bonito, Valladolid, también, así como León, Burgos y todas las magnificas capitales de provincia castellano-leonesas, pero... ¿qué pasa con las zonas rurales y sus carreteras?



Subir a la Peña de Francia te cuesta 8km de curvas, que bueno, bueno... y una carretera que no se ha arreglado en al menos 50 años. Los "quitamiedos" reciben su nombre por los colocados en esta carretera, porque no sirven para nada más. Justo donde se asientan, el terreno está tan descarnado que no sé ni cómo se sujetan.



Según vas ascendiendo, la vegetación es cada vez más excasa, las laderas de bosque se van transformando en piedras que amenazan con desprenderse, y lo hacen, prueba de ello son las que se acumulan en las cunetas y algunas que saltan a la carretera.

Pese a todo el sitio es precioso, virgen se podría decir, jajajaja, no lo ha tocado el hombre durante años.

Paramos porque vimos unas cabras en la ladera y... os lo juro, posaban para la foto, o eso o son como las lechuzas, que se fijan... jajajaajaja. Y no contentas con ello, nos hicieron un desfile montaña abajo para que pudieramos verlas con detalle y por supuesto fotografiarlas. Sólo por esa media hora, mereció la pena la excursión de la tarde.


Arriba del todo hay una Hostería, no sé si estará muy bien o muy mal, no entré. Jamás me hospedaría allí, qué sitio! Salvo que tuviera pasta por un tubo y decidiera aislarme para escribir... no tendría más distracción que el viento y las nubes, el sol, las cabras, los pájaros... y los montones de autobuses que suben todas las mañanas abarrotados de turistas.

CONSEJO: si decidís ir, subid siempre por la tarde y no muy temprano, salvo que queráis sufrir el terrible encuentro en esa carretera de mala muerte con un autobús de 60 plazas girando y obligandote a pegarte al quitamiedos que hay justo antes del precipicio. Además, es más bonito cuando no está abarrotado de gente. Y la luz para las fotos es mejor.

También allí arriba está la Ermita de la Virgen Blanca, otra iglesia que no recuerdo a qué virgen está dedicada y una capilla totalmente abandonada que pertenece a San Ándrés, que debió de ser un soltero viva la virgen por el aspecto de su morada.

Hay, además, una especie de observatorio que a mí me pareció meteorológico, pero no sé... no me acerqué a comprobarlo.

La zona cuenta con varios campings, el que más cerca está de la Peña de Francia y de La Alberca es uno que se llama Al-Bereka, que no tiene mala pinta.

En fin, que es un sitio precioso. Un pueblo para perderse de noche en el, entre sus calles empedradas, con sus rincones llenos de encanto, con fuentes, caños y gargantas que cruzan el pueblo.

Ah, en un sitio un poco escondido hay una Tetería en la que no llegué a entrar, pero que tiene pinta de ser bonita.

Para comer, la plaza, hay cinco bares-restaurantes, como queráis llamarlos donde podréis degustar especialidades típicas.

No me van a pagar, pero por el buen trato recibido y por lo bien que comimos, os aconsejo La Taberna, a la izquierda mirando desde la Cruz que hay nada más entrar en la plaza. Buena comida, buenísima, menú por 15€ por barba.

CONSEJO: chicas, por muy monas que queráis poneros para cenar, que tampoco hace falta... mi consejo es llevar zapatos planos, los más cómodos y seguros que tengáis; si no, tendréis que ir agarradas al brazo de alguien... aunque puede ser una opción de acercamiento, jijiji. Y sí, lo digo por experiencia propia, jajajaa.

Pues nada, así ha sido el fin de semana ... y así se lo hemos contado, jeje.