viernes, 25 de noviembre de 2011

POR LAS MAÑANAS

Como sabéis, salgo todas las mañanas, por lo menos una vez, a hacer recaditos y mandaos. La mayoría de los días tardo poco, Banco, Correos y vuelta a la oficina.

Otros, como hoy, cuando a todo bicho viviente se le ha ocurrido sacar el coche para ir a dar una vuelta al mercadillo o a comprar el periódico, pues me doy dos o tres o cuatro vueltas intentando aparcar en la zona del banco y otras tantas en los alrededores de correos.

Estos días son más amenos, aunque tarde más y lleve el agobio de no conseguir aparcar o de que haya cola en el banco... Normalmente, aparco lejos de todos los sitios a los que voy y por ello tengo que darme el paseito de rigor. Aprovecho para mirar todo lo que otros día me pierdo.

Hoy he visto a una "moza" entradita en muchas carnes que no lo sabe, con unas botas de esas de mosquetero que le sentaban como un tiro, con una falda que parecía la carpa de un circo y con más productos en la cara y en el pelo que en todas las estanterías del Bodybell. Por dios, que alguien le regale un espejo.

A mi nariz han llegado aromas de todas las tapas de los bares por los que iba pasando, (y yo con un café soltero en el estómago!!!) Al llegar al banco, un intenso olor a churros ha borrado todos los anteriores, mmmmmmmmm ¡Chocolate calentito! he pensado. Y es que a mi me gusta más el chocolate que los churros, vamos que puede que sea que los churros me gustan si son con chocolate, si no... paso.

No ha faltado en el camino de vuelta algo que borrase de mi mente el dulce y cálido sabor del chocolate... ¡qué assssco! un pedazo de pota enorme de fideos, lo juro, eran fideos.

Los pensamientos tontos que habitualmente pululan por mi mente tampoco han faltado.

1º¿Por qué hay señoras que piensan que si tienen el pelo sucio y se lo recogen en una coleta no se notará?

2º(este es muy habitual) Tras aparcar el coche en doble fila delante de la oficina de Correos, cojo las llaves del apartado, la tarjeta del coche y salgo a jarapo sacao a por el correo mientras pienso... "si vienen los municipales a multarme les digo: mire sr. agente, si no llevo ni el bolso, sólo la lleve del buzón, no iba a tardar" ¡¿Cabe en alguna cabeza humana que eso me librará de la multa?! En la mía no, pero siempre lo pienso.
3ºConclusión tras cruzarme con varias señoras. Las gitanas llevan zapatillas estar en casa, las moras babuchas. Todas sin calcetines ni medias ya sea invierno o verano.
4º¿Por qué le echo una moneda al señor del acordeón, si ni me voy a parar a escucharle? Porque me encanta comenzar a oir su melodia a lo lejos y dejar de orila poquito a poco mientras me alejo.
5º(aproximandome al coche) Miro desafiante al de la zona azul y pienso: "Ya puedes tachar mi matrícula de la libretita." Que lo sepáis, esto me lo dice la experiencia, apuntan la matrícula cuando te ven que te vas sin pagar y si tardas un rato más del que a ellos les da la gana, te cascan la multa. Si llegas antes, tachan el número.
Un día de estos, dejaré de tener pesamientos cuerdos y sólo se me ocurrirán estas cosas... ains.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Alguacil Dogberry Verato


Ayer estuve en un restaurante chino que tiene un nombre peculiar, como de Tebeo, Fu Li Tu, que en Chino puede que signifique algo muy profundo, filosófico y trascendental, pero a mí me resulta muy parecido a los nombres que inventaba Ibañez para ambiertar las historias de Mortadelo y Filemón, (primer pensamiento tonto).

Recogimos la comida y al salir, casi me choco con un muchachito algo más bajo que yo que tenía una mirada algo extraña. Que a veces una piensa, juer, tan fea no soy para que se asuste tanto, y además, ni nos hemos rozado... Pues no, no fui yo la que le asustó, es que el muchacho ya venía asustado de serie.

Mientras yo cruzaba la calle en dirección al coche, ¡¡él se fue por la misma acera simulando que iba montado en una moto!!!!

Pensamiento tonto: ¡¡Dios mío!! ¡En Jaraíz tienen un "alguacil Dogberry" que en vez de ir a caballo va en moto!

Lo que empezó siendo una mediodía muy oriental, por la comida, acabó siendo Shakespeariana total.

Estuvo mal, pero la mala persona que hay en mí salió de lo más profundo de mi ser y soltó una carcaja terrible. No pude reprimirme. Afortunadamente el ruido de la moto no permitió que el pobre muchacho me oyese.