domingo, 17 de noviembre de 2013

Carrot cake con nueces y cobertura de chocolate con leche


Ingredientes:
3 huevos
1 yogur
1/2 vasito de aceite de oliva suave
3 vasitos de azúcar
3 vasitos de harina
1 sobre de levadura
2 zanahorias grandes
200 gr de nueces peladas
1 sobre de cobertura de chocolate.
 
Limpiamos las zanahorias y trituramos. Añadimos el azúcar, la harina y la levadura. Mezclamos bien. Ponemos el resto de ingredientes menos la cobertura de chocolate y las nueces, es decir, huevos, yogur, aceite, mezclamos hasta tener una masa homogénea. Si está muy espesa podemos añadir un poquito de leche.
Ponemos las nueces troceadas pero sin triturar y removemos
En un molde alargado colocamos un pliego de papel para hornear. Vertemos la masa y metemos en el horno que habremos precalentado entre 180º y 200º, programamos 40 minutos y al cumplirse el tiempo comprobamos que esté bien hecho por dentro con el truquillo de siempre, palito de pinchitos, pinchamos y si sale limpio, está listo, si no, un ratito más.
Cuando lo saquemos del horno lo desmoldamos, manteniendo el papel. Dejamos enfriar sobre una rejilla.
Una vez frío, calentamos la cobertura de chocolate en la misma bolsita, sin abrir, al baño María. Cortamos un piquito y rociamos sobre el bizcocho. ¡¡LISTO!! 

jueves, 14 de noviembre de 2013

Bizcocho de castañas, mandarina y té especiado

     Últimamente estoy un poco con ganas de investigar  y así ando, descubriendo cositas nuevas.
Seguimos con las cosas típicas del otoño, y ¿ qué hay más típico en otoño que las castañas? mmmmmmmmmm, ricas. Suelen ser un poco indigestas si se abusa de ellas, pero en su justa medida son muy ricas. Son ricas en grasas, proteínas, minerales y vitamina C. Secas y trituradas hasta hacerlas harina son muy utilizadas, en Italia sobre todo.
     Pues bien, hoy tocaban castañas, que están desde el día de Calbotes en mi casa, ya que se me olvidó llevármelas al campo... ains, qué cabecita.
     También hacía tiempo que había leído por ahí que la gente hacía bizcochos con té matcha, yo no tenía, pero sí té chai especiado, que me pareció genial.
(té matcha: Selecto Té verde japonés. El sabor de este Matcha Orgánico (procedente de la agricultura ecológica) de primera calidad es una armoniosa combinación entre dulce cremoso y ligeramente amargo. Las plantas con las que se elabora se cultivan a la sombra y las hojas se recogen a mano. Con un delicado proceso, las hojas se reducen a un fino polvo en un molino de piedra. Se consume disuelto en agua o mezclado con alimentos, lo que hace que se aproveche al máximo su riqueza en antioxidantes.)
    Bien, vamos a los ingredientes y al proceso, que es muy facilito.
3 huevos (M)
1 yogurt
3 vasitos de azúcar
3 vasitos de harina
3/4 de vasito de aceite de oliva suave
1 sobre de levadura
200 g de castañas peladas
la piel de una mandarina rallada
1/2 bolsita de té especiado
(el vasito del yogurt será siempre la medida)
     Encendemos el horno y precalentamos a 200º. Estará listo cuando hayamos terminado de mezclar todos los ingredientes.
     Ponemos las castañas en el microondas 30 segundos para que se puedan pelar bien. Mejor ir poniéndolas de cuatro en cuatro para que no se enfríen, si es así será más difícil pelarlas. Una vez peladas, reservamos.
     Rallamos la piel de la mandarina, sólo la parte naranja. y con un pincel o una brocha lo ponemos sobre las castañas peladas.  
     Trituramos las castañas junto con .la piel de mandarina hasta obtener una textura fina, o si se prefiere más gruesa para encontrar cachitos después.
     A esta "harina de castañas" le añadimos el resto de ingredientes. Poniendo primero los secos, mezclando bien y añadiendo después los huevos, el yogurt y el aceite. Mezclamos.
     Si masa quedase demasiado espesa podemos añadir un 1/2 vaso de leche entera.
     En un molde alargado colocamos un papel de hornear. Yo uso siempre los de Hacendado que vienen en un rollo pero ya cortados y tienen el tamaño ideal. Así no hará falta enharinar el molde y no se pegará nada, además de que retirar el papel, una vez frío es facilísimo.
     Vertemos la masa sobre el papel, que habremos ajustado bien a las paredes del molde. Introducimos en el horno y programamos 40 minutos. Colocaremos el bizcocho en la altura por debajo del centro del horno. No sé si me explico bien, jajaja, me estoy refiriendo a los carriles que tienen los hornos para colocar las bandejas, más altas o más bajas. Pues en el nivel de por debajo del centro. En mi horno es el segundo nivel empezando por abajo. Las vueltas que le voy a dar... No hornear con aire, aunque el horno disponga de esa función, así se reseca menos.
     Y ya está. Cuando el horno pite, o cuando pasen los 40 minutos, lo sacamos, desmoldamos y colocamos a enfriar sobre una rejilla. ¡Listo!

viernes, 8 de noviembre de 2013

Huevos rotos con níscalos salteados con verdejo


El Otoño es época de setas. A mí personalmente me encantan. Son suaves y sabrosas. Me gusta ir al campo a buscarlas, mucho más que otras cosas de campo como los espárragos, porque las que yo conozco se ven de maravilla al ser blancas, los espárragos están como camuflados.
Hoy ha sido la primera vez que he comido níscalos; no los he cogido yo, los he comprado. Ya sabéis si no conocéis las setas mejor comprarlas en tiendas, así evitamos sustos. A lo que iba, que me han gustado tanto que he pensado que debía contarlo en el blog.

Empezamos:

Ingredientes (para 2 personas)

1/2 cebolla mediana
2 patatas
4 huevos
1 docena de níscalos de buen tamaño
aceite de oliva
sal
3 dientes de ajo
1/2 copita de vino verdejo

Cortamos la cebolla en juliana y la ponemos en la sartén con un chorro generoso de aceite. Cuando esté volviéndose transparente añadimos las patatas cortadas en rodajas de 1 cm de grosor y salamos. Bajamos el fuego al mínimo, ponemos una tapadera y dejamos hacerse despacito.

Lavamos los níscalos con un cepillo de dientes y sin ponerlos demasiado tiempo bajo el grifo para que no pierdan aroma y sabor. Los troceamos en juliana.

Una vez que las patatas están tiernitas, las sacamos de la sartén junto con la cebolla, escurriendo bien el aceite y reservamos.

En la misma sartén, quitándole un poco de aceite, freímos los 4 huevos. Retiramos más aceite, dejando la sartén simplemente impregnada. Subimos en fuego. Echamos los dientes de ajo, los doramos y cuando estén rubios añadimos los níscalos poniéndoles un poquito de sal.

Cuando estén calientes, echamos la copita de verdejo y dejamos a fuego vivo hasta que se evapore.

Colocamos en una fuente grande, las patatas con la cebolla, encima los huevos, que los cortamos para que salga la yema y sobre éstos los níscalos. Y ¡¡a comer!!





domingo, 20 de octubre de 2013

Tarta de crema, mermelada de moras y piñones

 
Una tarta muy fácil, muy vistosa y muy rica. No hay más que verla, ¿verdad?
Las tartas con base de pasta brisa son muy versátiles, se pueden rellenar de casi de todo y decorar con todo tipo de cosas ricas, mermeladas, frutas en almíbar, frutos secos....
La crema puede ser una crema pastelera normal o le podemos añadir un poco de chocolate, o café, o infusionar la leche con piel de naranja o limón para que sea más cítrica. Cada cual elige, yo la he hecho así, aunque en principio mi intención era hacer una tarta de manzana normal de infantería, pero como me suele pasar, me puse creativa... y el resultado nada tuvo que ver con la idea inicial.

 


INGREDIENTES:
1 Placa de pasta brisa
un puñado de garbanzos
4 huevos
600 ml de leche
6 cucharadas de azúcar
1 vaso de chupito de Brandy
mermelada de mora
un puñado de piñones

Ponemos la placa de pasta brisa en el molde, pinchamos la base con un tenedor, para evitar que se formen burbujas y rellenamos toda la base con los garbanzos.
Introducimos en el horno a 200º hasta que los bordes estén dorados.
Retiramos los garbanzos.
Mientras la pasta está en el horno, ponemos en el vaso de la Thermomix con la mariposa los 4 huevos, la leche, el azúcar y el chupito de Brandy, 8 minutos a 90º a velocidad 2.
Cuando termine el tiempo lo ponemos otros 2 minutos sin temperatura.
Vertemos la crema en un bol y la tapamos con film transparente. Tienen que estar el contacto para que así no se forme costra en la parte superior al enfriarse.
Una vez frías la pasta y la crema, rellenamos y decoramos con la mermelada y los piñones. Guardar en la nevera hasta el momento de servir.

¡Buen provecho!

domingo, 13 de octubre de 2013

Panna Cotta de Chocolate Blanco


Es la segunda vez que hago una panna cotta, la primera vez fue este verano y quedó buena, vaya, no teníamos referencia, así que era nata, leche, vainilla y azúcar... malo no podía estar. Eso sí, de forma quedo preciosa, la hice en un molde gigante de flor de silicona y luego la decoré con mermelada de frambuesa. El resultado fue espectacular.
 
Ahora bien, como las comparaciones son odiosas, lo que este verano a mí me pareció lo más bonito del mundo mundial, que además lo hice con todo el cariño para el cumple de mi amiga, hoy, tras la segunda incursión en el mundo de las panna cottas... se ha quedado en un burdo intento de resultado visual satisfactorio.
 
Pese a que en su momento me gustó mi primera panna cotta, me parecía que le faltaba cremosidad, algo que en un postre hecho con nata se da por hecho. Era... demasiado tenso, demasiado desafiante, demasiado parecida a esas prótesis que se ponen algunas que parece que se han guardado dos globos en los bolsillos de la camisa. ( :p ) Por este motivo, yo tenía que seguir probando, por lo menos probar una vez más para decidir si definitivamente me parecía un postre demasiado altanero o se podía hacer un poquito más cremoso.
 
 El chocolate blanco es otra de mis grandes intrigas, me resulta muy graso en la boca, creo que me gusta más cómo huele a cómo sabe, me recuerda a la abuela de mi madre y con eso vale para tenerle un especial aprecio.
 
A lo que íbamos, que me pierdo, que el chocolate blanco es a mi entender muy graso, por lo cual consideré que era lo que necesitaba para hacer más cremosa la panna cotta.
 
Otra cosa que he modificado respecto de la receta anterior es la cantidad de gelatina neutra. A mí ya me pareció una burrada lo que ponía en la receta, pero por ser fiel e intentar hacer perfecto algo a lo que no me había enfrentado antes, seguí las instrucciones al milímetro.
 
En fin que os cuento y luego os cuelgo la foto de cerca, :)
 
INGREDIENTES:
1/2 Litro nata para montar
200ml de leche entera
100 gr de azúcar
piel de mandarinas (2)
150gr de chocolate blanco
4 placas de silicona neutra
 
Ponemos la leche en un cazo con la piel de las mandarinas para que se infusione y nos de un suave aroma cítrico.
Mientras, trituramos o rallamos el chocolate blanco. Yo lo hago en la Thermomix, pero los demás podéis utilizar el método que mejor os venga.
 
Una vez infusionada la leche, la colamos y se la añadimos al chocolate blanco junto con la nata y el azúcar. Programamos 6 min a 90º y velocidad 2.
 
 Durante los seis minutos, pondremos en un bol con agua fría las placas de gelatina neutra para que se hidraten. Una vez terminado el tiempo, paramos la Thermomix, escurrimos las hojas de gelatina y las añadimos a la mezcla, volviendo a programar 2 min más para mezclar bien.
 
Podemos ponerla en un molde grande y bonito, como hice yo la primera vez, pero luego se deslucirán las raciones al servirlas. Esta vez he usado moldes de silicona para mini-magdalenas y también moldes de alumnio (hacendado). Creo que el tamaño ideal es de los moldes de alumnio, una ración generosa y con la altura perfecta para luego decorar.
 
Para el toque final, es decir la decoración, he puesto fideítos de choco, unas bolas de cereales cubiertas de tres chocolates y, por supuesto, mermelada de mora de la cosecha de este verano.
 
Y..... este es el resultado: