viernes, 8 de junio de 2012

Cena fácil para noches de fin de semana

Siempre que preparo pizza pienso en la respuesta de una pediatra a una mamá que preguntaba por la comida basura. "La pizza al fin y al cabo es pan con queso y algo más..." Es decir, no es para comerla todos los días... pero ¿qué tiene de malo el pan con queso? Sobre todo si lo preparas tú en casa, si le añades un buen montón de carne picada, si usas un tomate frito que además lleva ingredientes secretos, calabacín, pimiento, cebolla, ajo... Vamos que podemos hacer de la pizza una cena de lo más completa.
La que os propongo hoy es una pizza para esos días que se nos han terminado las reservas de carne picada preparada. Ya os he contado alguna vez que yo preparo la carne en grandes cantidades y luego congelo por porciones, para usar con unos macarrones, en un lasagna, con un poco de arroz o... en la pizza.
Supongo que a muchos se os habrá ocurrido la misma solución que a mí, si los italianos le ponen pepperoni  por qué no le puedo yo poner un poquito de... (... a ver qué tengo en la nevera...) salami, tengo salami y chorizo de Pamplona. ¡Ea! Pues mitad y mitad.
Para la operación "innovando con la pizza" ni me molesté en trocear los embutidos. Abrí el blister del Mercadona y los puse sobre la mozzarella. ¡Apañao!           
Con todo lo demás, procedemos del mismo modo que siempre. Tomate frito, si es con ingredientes secretos, mejor. Mozzarella de manera generosa. Distribuimos las lochas de embutidos según nos parezca, si que he de decir que yo no mezclé, puse el salami a un lado y el chorizo a otro, para no mezclar sabores. Y finalmente, más mozzarella y un flus de orégano. Al horno que ya estará calentito, a 180º y hasta que se dore.
En mi casa gustó mucho, de hecho, casi no me da tiempo a hacer las fotos. :)



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